Las pequeñas marcas y diseñadores independientes están tomando el tema de derechos de autor en sus propias manos.
Al parecer, la acción legal no es la única vía cuando se trata de violaciones al derecho de autor.
Mientras que las redes sociales (particularmente Instagram), han abierto una ventana para la fast fashion en la que pueden identificar y copiar look de pasarela y diseños de marcas pequeñas y diseñadores independientes, este tipo de plataformas también han servido para identificar réplicas rápidamente. No sólo eso, sino que estas pequeñas marcas y diseñadores han optado por ventilar este tipo de copias en las que las grandes marcas se aprovechan de las emergentes.
Instagram se ha convertido en una poderosa herramienta para muchos diseñadores, ya que es mucho menos costoso que presentar una demanda e ir a la corte. Muchas de estas pequeñas marcas tienen una misión emocional y humanitaria, no tanto financiera a comparación de las grandes. Es por eso que muchas de ellas han optado por publicar este tipo de copias en redes sociales, ya que un “reclamo” desde un punto de vista personal.
Un ejemplo de estas violaciones al derecho de autor es la empresa multimillonaria de fast fashion que todos conocemos: Inditex. La empresa se ha visto envuelta en escándalos de derechos de autor no sólo en México sino también en Europa (hasta donde sabemos). La fiebre de este tipo de empresas por generar ingresos ha cegado completamente la parte moral de la industria, pues como ya dijimos antes, hay partes emocionales y humanitarias para muchas pequeñas marcas y diseñadores independientes.
Aurora James, diseñadora de la marca Brother Vellies que ha sido víctima de este tipo de acciones, dice que “la revolución no va a suceder en la corte, va a pasar a nivel consumidor”. En pocas palabras, seamos conscientes de lo que consumimos y cómo lo hacemos.