No es de sorprendernos que la escena que alguna vez formaba parte de una cultura underground, hoy sea un tema de conversación en los mercados financieros y sociales. La cultura de los sneakers pasó de ser la devoción de una minoría a una tendencia global.
Esto implica una serie de retos para las marcas que toda la vida han formado parte de este juego. Nike, Adidas, Reebok, Puma, entre otras, hoy fijan sus metas hacia otro público más complicado que el de los atletas y ese es el mercado de la moda.
Esta industria al igual que tiene un gran impacto social también implica enfrentarse a una competencia más ardua y sobre todo, a tendencias que no tienen que ver con tecnología sino con cuestiones más subjetivas. Seamos sinceros, no todo lo que está de moda es cómodo, ni todo lo confortable es lo que está de moda.
Dentro de esa voraz carrera, hoy los medios financieros especializados hablan de que los lugares que ocupan las marcas en cuestiones económicas han cambiado y la muestra más representativa de esto es que hoy adidas se ha posicionado por encima de UnderArmour en el mundo financiero y podría conquistar el primer lugar dentro de la competencia en poco tiempo.
Lo que más nos sorprende de esta información no es el simple hecho de que adidas repuntara en la industria, sino con qué modelo creen los expertos que lo hizo: el Stan Smith.
Este modelo, simple, sencillo y a su vez versátil, es con el que muchos economistas alrededor del mundo, creen que adidas ha logrado superar a su competencia; y aunque podría no ser con el que lidere la cultura, es el que todo mundo está usando «sin querer».
Y, ¿A qué nos referimos con «sin querer»? Realmente ¿alguno de los usuarios del Stan Smith, sabe quién es Stan Smith? Muchos saben quien es Michael Jordan o Kanye West, pero estamos seguros que 1 de 10 (o menos) sabe quién es Stan Smith.
Eso hace aún más interesante este fenómeno, ¿Cómo alguien que incluso es fanático de los sneakers puede tener predilección por un modelo basado en un nombre que ni siquiera sabe quién es? Eso no se logra posicionando a un personaje (ya que nunca se llevó a cabo una campaña para que todos supiéramos el origen del famoso tenista) sino una serie de esfuerzos que van desde contratar a una agencia especializada en branding (en este caso fue Lloyd & Co.), crear una estrategia en la que en el 2012 el producto se retira del mercado para luego ponerlo de nuevo a la venta en el 2014, hasta contar con el apoyo de influencers como Pharrell Williams.
Muchos pensarán «bueno, fue el marketing lo que ayudó a que este modelo fuera tan popular» pero la verdad es que no. Lo que también dio base al éxito de este modelo es su historia. El Stan Smith fue el primer sneaker hecho de piel que se puso a la venta a la par de que Stan Smith era el mejor jugador del mundo, en 1988 el modelo ya había logrado venderse con 22 millones de pares y ganó un lugar en el libro de los Record Guinness.
Hoy gracias al posicionamiento del Stan Smith en conjunto con otros esfuerzos le han valido a la marca un incremento del 21% sus ventas y utilidades de 9 cifras de euros en lo que va del año. Es un modelo cómodo, que apela por la simpleza y que nos muestra que un conjunto de acciones que se valgan del acercamiento con el público, la personalización y la versatilidad, son una de las mejores inversiones que cualquier marca pueda hacer.
Lo único que nos queda por hacer, es esperar los grandes lanzamientos que seguro la marca tiene guardados bajo la manga y que sin duda será un esfuerzo tan grande que todos querremos desempacarlo.