Por: Gerardo Cárdenas
Miércoles 21 de Junio, 7:00 de la mañana, amanece en la Ciudad de México. Es temprano y muchos mexicanos se preparan para sus últimos días de clase o para irse a trabajar, yo espero desde el piso, hoy estoy impaciente por salir a la calle, sé que regresaré muy tarde; cansado y tal vez muy gastado físicamente, pero eso no importa, hoy es un día especial.
Mi dueño lleva varios días hablando de esto, un día de patinetas, un día mundial; uno donde podré estar sobre la lija y recorrer las calles rápidamente más tiempo que los demás días en que tengo la oportunidad de hacerlo. Mi dueño ha elegido unos calcetines a rayas, me abrocha con un nudo doble y sube las perneras de su pantalón con unos dobleces por encima de mi lengüeta.
La primer parada es a la estación del metro, el pavimento está tan rugoso como siempre pero hoy lo disfruto más que de costumbre, hacemos un ollie para subir a la banqueta y correr a la estación, el metro está lleno de compañeros de batalla; a lo lejos veo unos Era que han visto mejores días, junto a mi hay unos nuevos Miclo que apenas hoy están conociendo las calles, y junto a un par de tacones godínez veo a un señor que lleva un par de D3, espero nunca estar tan gordo.
Salimos de la estación y mis compañeros de camino son unos Marana con jóvenes 8 sesiones en Consti y uno de mis hermanos, unos Dunks; patinamos por las adoquinadas calles del Centro de la Ciudad de México y al avanzar descubro unos Janoski Slip-On que lucen increíbles, no son nuevos, no están muy gastados, pero su dueña sabe usarlos, se llama Leticia escucho, y todos quieren patinar a su lado y tomarse fotos, sus Janoski no los escuchan y sólo siguen haciendo ese kick-push que nos llevará a nuestro destino final: el nuevo Barrio San Antonio Skatepark.
Llegamos y empieza el caos, todos brincan, corren, y tratan de dar alcance a Leticia, dejé de patinar hace dos cuadras y estoy ansioso de regresar a la lija. Estoy esperando a dar el siguiente paso y veo como los Janoski vuelan desde lo alto de medio puente peatonal al piso. Encuentro a unos jóvenes P-Rod 8 y a unos Old-Skool, ambos también conocidos míos, logramos entrar; Leticia y sus Janoski Slip-On están destruyendo el nuevo parque y mientras lo hacen uno de ellos me guiña el ojo como dedicándome aquel Smith-Grind.
En la sesión veo a mis hermanos pero en clásico blanco y negro, y también los de la colaboración con w_k_n_d y Numbers y alguien está tratando de bajar un wallie frontside con unos Dunk Low Elite Oski, estoy más que emocionado y listo para seguirlos, pero en eso: ¡Wow! Mi dueño brinca y guarda su tabla, Leticia sale del parque y el caos invade la pista, es momento entonces de salir de ahí, y regresar a lo que conocemos, lo que nos gusta, de donde nacimos, de las calles.