En esta ocasión traemos para ustedes directo de la muerte un par que despierta los instintos más podridos de cualquier coleccionista, atrévete a leer la historia de la colaboración de Vans x Mooneyes un zapato que produce peleas a muerte, envidia y deseo lascivo.
Durante los años posteriores a la segunda guerra mundial, una gran cantidad de jóvenes regresaron a los Estados Unidos para tomar de nuevo las riendas de sus vidas. Pensionados, retirados y algunos de ellos héroes de guerra(la gran mayoría) contaba con mucho tiempo libre y creatividad. Es así como nacen muchos clubs de motociclismo, automovilismo y un gran sector de jóvenes americanos desarrollan una pasión por la velocidad que sobrevive hasta nuestros días. En California este tipo de expresiones de amor hacia los vehículos motorizados encuentra mas eco que en otros estados, así que estos nacientes «grease monkeys» deciden adoptar a «la ciudad del oropel» como su hogar.
En el barrio de Norwalk al norte de Los Angeles, un puñado de jóvenes decide abrir dentro de un garage un modesto negocio de auto partes de competencia. Dean Moon, dueño del garaje, jamás imaginó que algunos años mas tarde encontraría el éxito y la permanencia al desarrollar ventas masivas, gracias a la publicación de un catalogo gratuito de ventas, una especie de «yellow pages» o «sección amarilla» dedicada a satisfacer los más específicos deseos de velocidad, llegando a cualquier rincón de los Estados Unidos. El resto es historia, Mooneyes había nacido. Si añadimos a esto un logotipo único, la luna en un amarillo chillante con un par de ojos enormes, Dean no solo había encontrado como suplir sus necesidades, si no que creo un símbolo que hasta nuestros días identifica a los amantes de la cultura custom.
Podemos encontrar prácticamente cualquier producto de Mooneyes, desde un simple encendedor hasta un motor entero, el negocio ha sido fructífero por mas de 50 años y cuenta con entusiastas de todo el mundo, así como tiendas especializadas en Japón, California, Italia, entre otras. Sin duda uno de los artículos más difíciles de conseguir para los entusiastas de Moon son las colaboraciones que la marca ha lanzado con Vans. Dean, un californiano nato, aprovechó la posibilidad que tenía cualquier habitante de la ciudad de Los Angeles y en 1989 acudió al taller de Vans llevando una tela con el logotipo de su compañía.
Pocos pares fueron fabricados, no contaban con un cordón único, así que los trabajadores de MOON decidieron intervenirlos con serigrafía de colores. En subastas hemos visto un par de Vans x Mooneyes de 1era generación alcanzar los 4,500 dólares ( un par de estos vive de manera permanente en el museo nacional del hot rod en Pomona, California ). Para mediados de los noventa y debido a su constante demanda Vans lanzó la segunda colaboración con Mooneyes, este fue un authentic blanco canvas, con los logotipos en esta ocasión a color, y en un tamaño más discreto. El par sólo se vendió a través del catalogo de Moon, siendo un sold out instantáneo.
Ya sin Dean, Vans lanzó diez años después una serie de colaboración a gran escala con Mooneyes, en esta ocasión incluyó elementos de las anteriores, siendo 2 pares de authentic en blanco y negro, con los logotipos grandes como la 1 vez que llevara Dean la tela al taller de la marca, los cordones cuentan con los tradicionales ojos y en el heeltab no se lee el logo de Vans, sino la palabra «Look» y el fondo amarillo clásico de la compañía de Norwalk. La colección contaba también con un Slip-On y un Sk8 Hi; todos incluían bolso cubre polvos y estaban en la división California de la marca.
Fueron sold out a nivel mundial y es uno de los pares más buscados por coleccionistas de la marca del waffle en el mundo, Dimitri Coste pagó una cantidad exagerada por toda la colección hace unos años y tiempo después fue invitado a Japón para recibir de manos del actual dueño un par con su nombre.
Aprovechando la recta final del aniversario 50 de Vans, este diciembre se lanzara por fin la 4ta colaboración de Mooneyes x Vans en el marco de su celebración anual de Hot Rods en Yokohama, Japón. En esta edición el mismo Steve Van Doren cobijó la colaboración con su firma y trabajo de manera personal supervisando el par, el cual contó con un año entero de proceso creativo. No han sido revelados los detalles de la silueta, pero estamos seguros que este es un par que marcará una época.
Vaya manera de cerrar un 50 aniversario, con un par dedicado a una marca icónica, celebrando la velocidad y el estilo de vida californiano.
«ERAM QUOD ES, ERIS QUOD SUM»
