TALES FROM THE CRYPT No 4: Hay una luz que nunca se apaga.

Por: Juan Parco

«Fayuca, ingenio mexicano y olor a hule, hoy recordamos a los Súper Faro.»

Hace unas semanas el Caifan vino a mi casa por la noche a tatuarme. Suelen ser sesiones divertidas, entre incienso escuchamos a Iggy Pop mientras la maquina hace lo suyo.

Mientras me retorcía de dolor, baje la cabeza y me percate de sus zapatos. Olvide lo irritante que es tatuarse por un rato y mi mente voló a muchos momentos del pasado.

Mi tatuador calzaba unos Súper Faro de corte alto. Su inconfundible punta más amplia que los demás botines de lona me hizo sonreír. hace más de 8 años que no veía unos.

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Finales de los 70s, sin un tratado de libre comercio operando, la situación te orillaba a 2 opciones:

Algún amigo u conocido viajaba y te traía un par de tenis, o bien le entrabas a la fayuca, la cual a precios inalcanzables y en lugares peligrosos ofrecía calzado extranjero, así como un sin fin de productos que para el México de ese entonces eran un lujo.

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Mi padre le entraba a la fayuca, así que calzo Vans y Converse en muchas ocasiones, sin embargo, solo usaba un par nacional el cual prefería sobre las distintas opciones que había en el mercado, los Súper Faro.

CIA. HULERA EL FARO, S.A. se dedicaba a la fabricación de productos de hule y dadas las circunstancias del mercado se dieron a la tarea de fabricar calzado.

Su silueta no es una “copia” de un par de Converse, lo que los hace especiales es que hicieron un bootleg de un par de PF Flyers.

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Si encontrar un par de Chucks ya era complicado, unos PF Voladores era prácticamente, imposible, así que los Súper Faro eran la opción. Mi hermano menor calzó algunos que encontramos dead stock de vacaciones en una tienda Gigante de provincia, después nada, procesos en blanco hasta hace 8 años.

 

Nunca he tenido unos Súper Faro, tampoco unos PF Voladores, alguna vez cuando tuve una tienda de motocicletas pedí la distribución y la inversión era algo inalcanzable para 2 chicos que hacían ropa y motos.

Si eres de esos que frecuenta las zapaterías del centro, o las de toda la vida de tu barrio, mira con cuidado, podría estar un par de Súper Faro esperando por ti, créeme, yo tendría envidia, y no por el par en cuestión.

Porque es un testigo de que existía una industria en México dedicada a cubrir las necesidades de calzado cuando no había entrada para las marcas transnacionales, porque somos una sociedad que destruye todo, se acabaron los súper faro, se acabó la fayuca como la conocían nuestros papas, se acabó media Ciudad de México.

A mí me gusta guardar cosas que a nadie le importan, soy un nostálgico. Así que si los ves, pensándolo bien, yo te los compro.

 

“ERAM QUOD ES, ERIS QUOD SUM”