Asombroso, exponencial, imparable. Son adjetivos que califican el crecimiento de la cultura de los sneakers en los últimos años. Año con año suceden cosas que terminan por cambiar o darle un giro al sneaker game, desde gente que desesperada por atención destruye sneakers caros, hasta el clásico coleccionista que arriesga la vida desde lo más alto de un edificio por tomar la foto perfecta que le dará popularidad en Instagram. Esta semana el sitio Complex sacó una lista de las 15 cosas que odian sobre lo que está pasando en los sneakers actualmente, la cual tituló The 15 Things We Hate In Sneakers Right Now, y de igual forma Highsnobiety lazó su artículo sobre las peores tendencias del 2015, en las que por supuesto aparecen algunas prácticas realizadas en el mundo de los tenis.
Nosotros quisimos rescatar un poco de eso, pues nos parece un tema interesante y que implica mucho debate, hay quienes están a favor o en contra, pero la mejor opinión siempre será la de ustedes. A continuación un resumen de estas tendencias «negativas» que según los expertos deben desaparecer de la cultura sneakerhead:
Selfies de sneakers tomadas desde las alturas y al extremo
Un claro ejemplo de un ejecutante de está práctica es el fotógrafo 13thwitness, hijo de la leyenda del graffiti y arte urbano neoyorkino Futura 2000. Nadie mejor que el sabe lo peligroso que es hacer esto, y gracias a que gente como el lo comenzó a realizar, muchos aficionados también dieron rienda suelta a su imaginación, desde los que se suben a los edificios altos sin protección, hasta los que se sientan en acantilados llenos de vértigo. Vamos, es una práctica que como dicen en el artículo de Complex, nos recuerda a que los escritores de graffiti o graffiteros incurren cuando ponen su placa o su firma en espectaculares en lo más alto posible para darse a notar. Es una actividad muy peligrosa, y cada quien sabe lo que hace, de hecho ya se han reportado varios decesos por hacer esto, como bien lo menciona Matt Welty «Tomate una foto en tu barrio con tus tenis caminando, será igual de padre y menos ariesgado». Al final tu sabrás si pueden más tus ganas de ser popular o seguir viviendo por algunos años más.
Comprar pares llenos de hype irracional
Un ejemplo claro de esta práctica es nada más ni nada menos que la colaboración entre Air Jordan con Supreme. Estos pares por ejemplo, entran dentro del nuevo programa «Remastered» de Jordan Brand que incluye mejores materiales que brindan a dichas siluetas de un aspecto más premium que el que habitualmente manejan. Bien, hay algunos pares premium de Jordan Brand que no llegan a venderse a elevados costos como estos. Hagamos el siguiente ejercicio: Imagina por un momento que estos pares no incluyen la palabra Sup en la rejilla de plástico ubicada en el panel lateral, y que no traen los logros de Supreme a los lados. ¿seguirías pagando el precio por el cual se anuncia en Ebay? ¿Te seguirían gustando igual? ¿o preferirías invertir tu dinero en unos Black Cement o White Cement 3 que son más difíciles de conseguir puesto que ya no los producen?. Es un hecho que el nombre de la marca es sinónimo de venta, así como es un hecho de que muchos se aprovechan de ello para ofrecer un modelo sin mucho chiste al consumidor y venderlo como pan caliente tan sólo por que trae la palabra Supreme en la suela.
Destruir sneakers intencionalmente para llamar la atención
Cómo olvidar esto:
O esto:
Qué tal esto otro:
¿Odio? ¿Ser contestatario destruyendo un par de tenis caro en pleno 2015? ¿Por qué no mejor lo vendes y el dinero lo donas a una buena causa como ayudar a una persona enferma, darle de comer a un niño o comprarle zapatos a un indigente? Hay muchas formas de llamar la atención. ¿Saben por qué esa gente no hizo nada de eso? por que querían tener sus 15 minutos de fama en Youtube, Instagram, Facebook y el resto de las redes sociales vigentes que nos faltan por mencionar. No nos molesta que lo hagan, al final todos sabemos de que forma invertimos mejor nuestro dinero, el punto aquí está en que con el tiempo, la gente que haga esto perderá credibilidad en su discurso por la falta de coherencia, y como todas las modas, se volverá aburrida y sosa.