Por Gerardo Cárdenas
En 2008 Nike lanzó al mercado una de sus tecnologías más revolucionarias y que aún hoy, está y seguirá presente en pistas, canchas y calles: Flywire.
En nuestro pasado especial de #ThrowbackCulture donde hablamos acerca del trabajo de Martin Lotti; mencionamos muy levemente el Flywire y cómo este se utilizó para el calzado creado con fines olímpicos, pero la realidad es que este “hilo” –y lo pongo entre comillas porque es una palabra muy sencilla para lo que es y el cómo funciona– ha estado y está presente en diversos tipos de calzado y hasta en prendas y accesorios; acompáñanos a conocer más sobre el Flywire.
El Flywire es una creación original de Nike nacida entre 2006 y 2007, pero lanzada al público hasta 2008 por el entonces Director de Innovación, Jay Meschter, quien junto con su equipo creó un hilo de Vectran y nylon cuyo propósito principal era brindar ligereza y soporte, sin embargo una vez creado la pregunta era: ¿Ahora cómo lo implementamos en el calzado que ya existe y qué podemos hacer con él para el futuro de los atletas y de Nike?
Desarrollo y Diseño: Minimalismo Funcional
Para Meschter la pregunta de ¿cómo usarlo? Era la pregunta que seguía a ¿Qué necesita un atleta?. Entonces, tomó un molde de pie y marcó los puntos en donde el pie requería mayor soporte (esto en el deporte base de Nike: el running). Posteriormente, sugirió que las máquinas de coser para elaborar el calzado hicieran puntadas más largas, lo que permitiría que las fibras de Flywire dieran soporte donde se había marcado lo necesario.
Aquí es donde entra el minimalismo funcional: el calzado sólo debe contener elementos realmente esenciales, lo que deriva en quitar esas capas de tela o “extras” que más que ayudar, sólo añaden peso.
Un Hilo que Crea una Segunda Piel
El Vectran es un hilo delgadísimo (incluso más que un cabello humano) que es elaborado por la compañía japonesa Kuraray, Nike lo adapta con cada par y pensando en el stress que sufrirá el pie de acuerdo a la actividad que realizará (basketball, running, skateboarding, tenis, etc.), para dar soporte tomando dos puntos como referencias: Los puentes suspendidos y los tendones del cuerpo humano.
Los puentes suspendidos no tienen nada que los cubra por encima y aún así soportan muchísimo peso –además de los movimientos del viento–, o sea es comprender la ingeniería y llevarla de una estructura gigante hasta nuestros pies. Los tendones, por otro lado, se estiran hasta cierto punto, pero regresan a su forma original y aún así, resisten nuestro peso, huesos, piel, etc. además del movimiento. Esto es entender de lleno la anatomía y ponerla por fuera de la piel: crear una segunda piel, uno de los principios de Bill Bowerman, cofundador de Nike.
Por cierto, el Cortez, Sock Racer, Air Huarache, Air Rift, Air Presto y el Nike Free 5.0 (en ese orden cronológico), son los antecedentes de todo esto, algo que inició Bowerman con el Cortez en 1972, ya que para él, no se trataba de “el zapato” sino del pie, de crear algo que en verdad fuera bueno para el pie y, por ende, para el corredor.
Los Primeros: Nike Hyperdunk & Nike LunaRacer+
A unos meses de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, Nike lanzó de manera oficial el LunaRacer+ y el Nike Hyperdunk; siendo este último la principal apuesta de la marca y que presentaron en abril de ese año junto al hoy difunto (y duele escribir eso) Kobe Bryant.
Aunque el LunaRacer era una gran apuesta de Nike para el running, el Hyperdunk recibió mayor atención y se le hizo más ruido, ya que este se le brindaría a los atletas de Basketball de más de 100 países que compitieron por el oro olímpico en aquel entonces, es decir, estarían en los ojos de todos, mientras que LunaRacer+ tenía fines más de un atleta de fin de semana que de uno de alto rendimiento (de hecho, el LunaRacer era más para carreras de hasta 10K).
Para Eric Avar, hoy Director Creativo y entonces Diseñador de Nike, el Hyperdunk se trataba de lo siguiente:
“Queríamos que fuera expresivo, quitemos todo lo que no sea esencial y démosle vida al Flywire.”
¿Cómo pasamos de la pista a la duela y de la duela de regreso a la pista para, posteriormente, llevarlo a las calles, los skateparks, las pistas de nieve, los gimnasios y todo lo que hoy conocemos y hemos visto que lleva Flywire?
Bueno, pasa que Meschter quería llevar esto a los spikes (lo que se logró de manera formal en Londres 2012) pero mientras se desarrollaban las pruebas, también los equipos de Nike Innovation Kitchen y el Nike Sports Research Lab empezaron a hacer otras pruebas para ver si dichos “hilos” podían resistir el impacto de los movimientos agresivos del basketball, y con el avanzado progreso del Hyperdunk, así fue que primero se llegó a la duela.
Conforme los equipos de diseño y los atletas iban entendiendo más sobre lo que podían hacer con Flywire, empezaron poco a poco a adaptarlo a diversas actividades, conectándolo también con otras tecnologías y diseños; lo que llevó al running a conocer el LunarGlide+ en 2009.
También en este año se experimentó llevándolo a productos de lifestyle, empezando con uno de los pares innovadores originales de Nike: el Air Max 1. A este sólo se le aplicó el Flywire en un panel lateral por debajo del Swoosh.
Se hizo lo propio con el Cortez para honrar el legado de Bowerman y Knight con el “Cortez Brothers” Pack, que aunque muy lifestyle, por la manera de aplicar el Flywire este bien podría usarse para correr.
Estos experimentos incluso llegaron a Cole Haan, que era una de las marcas de Nike en ese momento y que nos entregó un innovador pero raro Cole Haan Zoom Flywire.
Regresando a la innovación a nivel performance, el soccer es uno de los deportes donde los pies y sus movimientos lo son todo, aquí la Mercurial Vapor Superfly le vino a quitar todo el peso extra a los botines de soccer, además de brindar un extra de soporte, todo presentado por un nombre que en ese momento empezaba ya a tener peso: Cristiano Ronaldo.
Después en 2012 y tras varias mejoras, evoluciones y ligeros cambios de diseño, se lanzaron el Nike Lunarglide +4, el Nike Hyperdunk, el Nike LunarTR1 y el Nike Lunar HyperWorkout+; lo que resolvía las ecuaciones para corredores de distancias cortas y hasta medios maratones, atletas de gimnasio y claro, basketball.
En ese mismo año, el Flywire entró a un deporte que muchos jamás imaginaron: el snowboarding. La Zoom Ites Boot fue un desarrollo entre el atleta Gigi Ruf y la Nike Innovation Kitchen, quienes colocaron este material en el tobillo para poder hacer carvings con mayor confianza y en la parte baja de las agujetas, para un mayor ajuste.
En 2013 regresó al lifestyle, lo hizo a bordo de uno de los pares más bonitos y disruptores de Nike, y probablemente el responsable de que los pares runners se hayan puesto de moda: el Roshe Run.
En 2014, el Flywire alcanzó al skateboarding integrándose en el P-Rod 8, lo que brindaba un fit más rápido, cómodo, pero sobre todo más seguro, sin importar el número de escalones, la altura de un barandal o si simplemente estás haciendo un 360 flip en el piso.
En ese mismo año el Flywire entró al diamante, sí, al baseball. Pero no en un zapato, sino un guante: el Vapor 360 Fielding Glove, que como podemos ver en el vídeo de abajo, se ajusta según las necesidades de su portador y para la manera en que mejor acomoda su mano para atrapar la pelota.
En 2015 y ya con la fiebre del Crossfit y los “Spartans”, Nike creó un zapato que lo cambió todo y que hoy con su ya 5a versión sigue siendo favorito de estos atletas y un referente en el nicho: el Metcon. Este par integra Flywire para mantener tu pie seguro sin importar si estás haciendo burpees, pesos muertos, desplantes o press en banca.
Hoy, el Flywire sigue presente en una gran cantidad de pares de Nike, pero sus usos, modificaciones y bondades, han permitido que la marca hoy lo combine con otra de sus creaciones más importantes: el Flyknit. Lo que vimos apenas el año pasado con los botines Mercurial 360, para asegurar que los jugadores tuvieran –aún más ligereza–, estabilidad, sujeción, soporte y velocidad.